Este es un tema que a muchos nos ha costado asimilar y no tanta gente está poniendo en práctica, pero deberían. ¿Eres consciente de que aunque realmente el sol pega mas fuerte en verano, está todo el año ahí arriba interactuando con tu piel?
Porque yo no lo fui por muchos años e incluso en verano cuando íbamos a la playa me tenían que insistir en ponerme la crema antes de salir de casa. Y no había nada más desagradable que la textura de la crema y el aspecto fantasmagórico que se nos quedaba. Total, para luego rebozarnos con arena o bañarnos y que se fuera todo con el agua.
Así que en parte la culpa la tiene que fuera tan densa y no hubiera durante muchos años alternativas a la clásica crema blanca de protección +30 o superior de Nivea y similares. A día de hoy hay muchas buenas opciones que podemos usar incluso si nos vamos a maquillar, sin tener que recurrir a suplir nuestra base de maquillaje con crema protectora con color, también conocida como BB cream.
Pues resulta que por suerte sabemos qué efecto puede tener el sol en nuestra piel y nuestra salud y tenemos las herramientas para combatirlo. Y no me refiero a solo en verano sino los 365 días del año. Pero ¿realmente afecta igual ponerse al sol en pleno agosto que salir al aire libre en los meses de otoño e invierno? Pues aunque igual piensas que te voy a decir que es exactamente lo mismo y que te pongas protección 30 todos los días del año, existe una diferencia entre los rayos que nos llegan en los mese más cálidos y los más fríos. ¿Sorprendida?
Durante el verano la radiación más potente es la B (UVB) y es la responsable de las quemaduras y del cáncer de piel. Mientras que en otoño e invierno son los rayos ultravioletas A (UVA) los que más afectan y causan el fotoenvejecimiento de la piel.
Por eso los profesionales recomiendan usar protección solar de factor 15 todo el año y otra ya más elevada para el verano.
Tiendo a recomendar usar una crema de protección solar que no sea la propia hidratante que vas a usar después, porque así las propiedades no se diluyen en la mezcla y ves exactamente cuánta de cada tipo estás aplicando. Claro que no es la única manera de hacerlo y puedes usar algún producto 2 en 1.
En tu rutina diaria de cuidado de la piel no debe faltar este paso que es más fácil que nunca antes: después de los sérums y antes del resto de cremas, aplícalo por toda la cara sin dejarte las orejas, el cuello y el escote. Aquellas zonas de piel que vayan a quedar al aire.
¡Un beso!