El maquillaje es una herramienta fundamental en dos aspectos:
- Ayuda a elevar la autoestima.
- Nos permite presentarnos con nuestra mejor cara ante los demás.
Por eso, saber utilizarlo a nuestro favor es tan interesante y necesario a la hora de conseguir sentirnos mejor con nosotras mismas y alcanzar nuestros objetivos en el entorno en el que vivimos.
Lo que buscamos en el maquillaje es, en primer lugar, eliminar signos negativos: de cansancio, años de más, falta de salud… y posteriormente, reforzar lo positivo: descanso, juventud, salud. Un aspecto saludable hace grandes cosas por ti.
Para empezar, te ves bien en el espejo; que también hay que aprender a mirarse, observarse y conocerse sin miedo a la verdad. Y me refiero también a la que es agradable, porque a veces nos da miedo o no nos han enseñado la importancia de valorarnos y de buscar activamente nuestras virtudes, las que se ven y las que se sienten. Sobre todo nos han educado para localizar defectos y corregirlos, y la publicidad en este campo no hace mucho más que sacarnos faltas para vendernos el remedio. Pero igual que un ejercicio para ser más feliz cada día es buscar aquellos momentos por los que sentirnos agradecidos, también hay que mirarse al espejo y buscar aquello que más nos gusta de nosotros. La sonrisa, la mirada, quizás tus pecas o la forma de tu cara.
Cuando hablamos de maquillaje “efecto buena-cara” buscamos sentirnos mejor con nosotras mismas. ¿Qué conseguimos con esto? Todo lo que nos propongamos. Porque el principal combustible para nuestras acciones es la confianza en nosotros mismos. Esa confianza es arrasadora, es una fuerza que vamos a emplear para perseguir nuestras metas, de una forma que sin una buena autoestima ni seríamos capaces de plantearnos.
En segundo lugar, y casi como un efecto dominó, un aspecto saludable que te dé seguridad en ti misma hará que te presentes de forma más atractiva ante los demás. La gente quiere rodearse de personas que crean buen ambiente, que creen en sí mismas y enfrentan los obstáculos como si fueran retos para crecer. Porque les inspira y les ayuda a hacer lo mismo. Esto ocurre en el trabajo, en nuestras relaciones personales y con toda la gente que nos cruzamos en nuestro día a día.
Visto desde la otra cara de la moneda: si te sientes insegura porque tu imagen desdice de ti, tu aspecto se convierte en un lastre en vez de en una herramienta para ser más feliz y poder ayudar a otros a hacer lo mismo.
Algo muy importante según entiendo yo el maquillaje, es que lo usemos para potenciar nuestra belleza natural, en lugar de enmascararla y disfrazarnos de algo que no somos. Eso ya lo dejamos para carnaval.
Esto viene a ser lo más esencial para lucir guapas sin perder nuestra esencia, potenciando todo lo bueno que ya tenemos: En primer lugar, eliminamos distracciones, aquello que nos da aspecto cansado —tapamos manchitas y rojeces, rellenamos las cejas, borramos las ojeras. A continuación, resaltamos aquello que nos va a dar aspecto de buena cara —subimos el rubor, reforzamos la línea de pestañas, damos un toque a los labios, iluminamos la mirada y el rostro…
¡Y listo! Eres tú misma solo que ahora no solo “puedes llegar a estar muy guapa” sino que, de hecho, lo estás. Mírate al espejo, re-conócete en tu imagen mejorada y devuélvele la sonrisa.
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¡Un beso!